miércoles, 29 de diciembre de 2010

"SINDECES Y GORDAS"

El protagonismo repentino que esta adquiriendo la figura de la Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, nos empuja a acuñar un nuevo término para determinar la concatenación de despropósitos entorno a su persona: la sindez. Si la Ministra no tenía suficiente con la avalancha de internautas que colapsaron la red con sus protestas en contra de la ‘regulación de Internet’- de la que se hablará próximamente en este blog-, ahora ha salido a la luz que la misma, en uno de sus ataques de sindez, había subvencionado con -cojan aire- un millón de euros la película -preparen desfibrilador- “Mentiras y gordas”. Es decir, para los que desconozcan esta obra imprescindible del séptimo arte, el Gobierno ha financiado un filme dónde se mezclan de forma grosera y obscena vivencias de adolescentes, consumo de drogas, lenguaje barriobajero y sexo explícito cuyo único fin es hacer enloquecer a quinceañeras en permanente explosión hormonal.
Ángeles González Sinde
Sin embargo, aunque se nos antoje imposible, las sindeces de la Ministra en este asunto trascienden su mal gusto cinematográfico y es que, tal y como indica La Vanguardia, la propia González-Sinde coguionizó la película dirigida por Alfonso Albacete y David Menkes. Es decir, para los que aún no se hayan percatado de la gravedad del asunto, ha hecho lo que en mi pueblo se llama “lo mío ‘pa’ mi y los demas que se jodan”. Amiga Sinde, ya debería usted saber que aprovecharse de un cargo en la administración pública para costear sus proyectos profesionales no es muy lícito.  Ahora bien, ya sabemos que en este país muchas veces se opta por emborronar la delgada línea que separa lo lícito de lo ilícito, lo legal de lo ilegal, lo moral de lo inmoral y, de ésta forma, edificar magnificentes templos a la sandez. O, en su defecto, a la sindez.

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