viernes, 31 de diciembre de 2010

Noam Chomsky y las 10 Estrategias de Manipulación Mediática

Mi Regalo de año nuevo es una de las 10 estrategias de manipulación mediáticas de Noam Chomsky: ESTÍMULAR AL PÚBLICO A SER COMPLACIENTE CON LA MEDIOCRIDAD. Aquí un breve comentario acerca de la misma:
¡Admirad a "La Reina del Pueblo"!
Tal y como avanzó Andy Wharhol, en un futuro próximo todo el mundo disfrutara de quince minutos de fama. Aunque, evidentemente, la totalidad de la humanidad no va a disponer de ese momento de gloría efímera, la cuestión de fondo es la facilidad con la que un individuo puede alcanzar el estrellato. Si usted sabe partir nueces con el ano, destrozar latas de cerveza con unos pechos gigantescos o comer 50 perritos en un tiempo récord dispone del talento suficiente para convertirse en una estrella de la TV. Multitud de programas del estilo Operación triunfo o Tú sí que vales, han convertido a albañiles, camareros, protésicos dentales y demás variopintos personajes en los protagonistas del show. Nuestra televisión está plagada de jóvenes, y no tan jóvenes, que participan de un espectáculo bizarro y obsceno.
Sin embargo, como si la cuestión no fuera suficientemente deplorable, nuestra sociedad, inmersa en una profunda situación de decadencia, proyecta una imagen positiva de este tipo de personajes. El mensaje es: si él puede hacerlo ¿Por qué no nosotros? ¡La notoriedad y el reconocimiento están al alcance de nuestras manos! Esta consigna ha quedado gravada en el inconsciente de imberbes de mente infantilizada y extremada idiotez que pueden acceder a la cima sin esfuerzo, sólo con una payasada graciosa o un cuerpo escultural. Por lo tanto vivimos en un mundo que promociona la estupidez, la necedad, la vulgaridad y tantas otras cosas que nada tienen que ver con el sacrificio, el trabajo o cualquier tipo de proyecto humano que suponga cierta elevación artística. El gusto per la nada y el hedonismo vulgar son las banderas de una sociedad preocupantemente acomodada y adormecida que traga complaciente con una basura mediática abrumadora que les acosa permanentemente.
Esta es la imagen que perciben nuestros críos, muchos de los cuales pasan más horas delante de un televisor que intercambiando alguna que otra palabra con sus progenitores. Unos muchachos que, como es normal, tienen una tendencia natural a la idealización y la aceptación de unas modas; la moda de ser vulgar e inculto. En este sentido y, a modo de colofón final, me gustaría apuntar unas palabras de Dostoievski: “Proporcionadle una satisfacción económica tal que no tenga que hacer otra cosa sino dormir, comer bollos y procurar que la historia universal no se interrumpa, colmadlo de todos los bienes de la tierra y sumergidlo en la felicidad hasta la raíz de los cabellos: pequeñas burbujas se elevarán y estallarán en la superficie de esa felicidad  como en le augua.”

¡Feliz 2011!

Josep Anglada y las películas Disney

Lo sé. Podría escribir una tesis comparativa entre el nivel intelectual de Josep Anglada y el de Mickey Mouse, pero no lo haré. ¿Por qué? Simplemente porque el resultado sería tan aburrido y estaría tan reñido como un partido entre el Osasuna y el Valladolid. Tras el considerable número de votos que obtuvo PxC en las recientes elecciones al Parlament, lo que de verdad me interesa es contarles la irrefrenable pasión que siente el líder populista más famoso de Cataluña por las historias de hadas, de brujas, de enanitos y otros entes mágicos que habitan en universos maravillosos.
Encuentre las 7 diferencias (las orejas no valen)
No obstante, en primer lugar habría que preguntarse ¿aparte de Josep Anglada, quiénes son los mayores fans de películas como Aladdín o La bella y la bestia? Evidentemente, los niños. Millones de pequeños perversos polimorfos, tal y como diría Freud, a lo largo y ancho del globo han pasado interminables horas enganchados a la TV siguiendo las aventuras de sus personajes favoritos. Innombrables son los rostros cuya tez, esbozando una especie de sonrisa hipnótica de satisfacción, ha palidecido suavemente irradiada por los destellos parpadeantes de una pantalla. Algunos de ustedes supongo que, de la misma forma que yo lo he hecho, se habrán preguntado alguna vez porque los niños escogen a Jhon Lasseter antes que las películas de Buñuel. Sencillo. La construcción de un mundo coherente y razonablemente lógico se antoja complicada para nuestros pequeños que, a su tempranera edad, aún siguen desarrollándose como individuos. Perciben la realidad que les rodea como un vago espejismo, incapaces de entender nada de lo que sucede a su alrededor. Sin embargo, hay algo que confiere sentido a su caótica existencia; las películas Disney.
El devoto entusiasmo que sienten los niños por los relatos de una de las factorías de animación más poderosas que existen es, sin duda, fruto de la seguridad que experimentan al visionar este tipo de material audiovisual. Su sencillez, su continuidad y su evidente distinción maniquea de los personajes como prototípicamente buenos y prototípicamente malos brindan la oportunidad a nuestros pequeños protagonistas de entender lo que está sucediendo. De esta forma, podríamos decir que el éxito de historias de príncipes y hadas madrinas no radica en su mágica imaginería, sino más bien en su componente lógico, en la repetición de una estructura elemental y en el llamado happy ending.
Aun así, los niños no son los únicos que demandan seguridad. Muchos adultos, en estos tiempos de crisis, se sienten perdidos en un mundo perverso que les arrastra hacia las más injustas de las situaciones imaginables. De la misma forma que lo hacían sus pequeños vástagos, adultos a los que se les hace difícil articular una existencia más o menos digna dónde habitar se lanzan irremediablemente desesperados en busca de seguridad. Encontrar algo que les proporcione estabilidad y, además, otorgue algo de valor a sus grisáceas vidas. No obstante, ¿dónde van a acudir para satisfacer sus demandas? Pues, evidentemente, se van a refugiar en las historias para mocosos; en los cuentos chinos; en los discursos de Josep Anglada.
La diatriba empeñada por las emergentes fuerzas populistas es una vulgar reproducción de las leyendas Disney. Relatos elementales, directos y estúpidamente sencillos cuyo único objetivo es ofrecer una visión más asequible de la realidad. Palabras que, además de distorsionar los hechos, intentan encender el rencor y la animadversión hacia los malos de la película. Porque ante la difícil tarea de encontrar una cabeza de turco a la que achacar el descalabro económico mundial, Anglada y sus hordas inculpan al diferente, al desconocido, al forastero. De esta forma, por muy funesto que suene, aquellas personas que se tambaleaban en una existencia borrosa y distorsionada tienen la oportunidad de reafirmarse mediante la acusación a los malos, causantes de su triste situación.
"En mitología se estudia un nuevo Dios: Lionel Messi"
Desagradable y penosa coyuntura, se repetirán a ustedes mismos intentando asumir el modo en que tantas personas incurren de forma generalizada en comportamientos infantiles. Sin embargo, para aliviar la fatalidad generada, les diré que esto no es nuevo, que la humanidad lleva cayendo en burdas historietas para mitigar su angustia des de sus albores. Algunos creen en Dios, otros en los goles de Messi y los más desdichados en el fenómeno Belén Estaban. Supongo que todo eso es más fácil que aceptar el componente disparatado e irracional de una vida que, en palabras de Kierkegaard, no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

"SINDECES Y GORDAS"

El protagonismo repentino que esta adquiriendo la figura de la Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, nos empuja a acuñar un nuevo término para determinar la concatenación de despropósitos entorno a su persona: la sindez. Si la Ministra no tenía suficiente con la avalancha de internautas que colapsaron la red con sus protestas en contra de la ‘regulación de Internet’- de la que se hablará próximamente en este blog-, ahora ha salido a la luz que la misma, en uno de sus ataques de sindez, había subvencionado con -cojan aire- un millón de euros la película -preparen desfibrilador- “Mentiras y gordas”. Es decir, para los que desconozcan esta obra imprescindible del séptimo arte, el Gobierno ha financiado un filme dónde se mezclan de forma grosera y obscena vivencias de adolescentes, consumo de drogas, lenguaje barriobajero y sexo explícito cuyo único fin es hacer enloquecer a quinceañeras en permanente explosión hormonal.
Ángeles González Sinde
Sin embargo, aunque se nos antoje imposible, las sindeces de la Ministra en este asunto trascienden su mal gusto cinematográfico y es que, tal y como indica La Vanguardia, la propia González-Sinde coguionizó la película dirigida por Alfonso Albacete y David Menkes. Es decir, para los que aún no se hayan percatado de la gravedad del asunto, ha hecho lo que en mi pueblo se llama “lo mío ‘pa’ mi y los demas que se jodan”. Amiga Sinde, ya debería usted saber que aprovecharse de un cargo en la administración pública para costear sus proyectos profesionales no es muy lícito.  Ahora bien, ya sabemos que en este país muchas veces se opta por emborronar la delgada línea que separa lo lícito de lo ilícito, lo legal de lo ilegal, lo moral de lo inmoral y, de ésta forma, edificar magnificentes templos a la sandez. O, en su defecto, a la sindez.

martes, 28 de diciembre de 2010

Los cínicos no sirven para este oficio - Kapuscinski

Cuando uno es joven siempre busca referentes. Más allá de los gritos histéricos de adolescentes que entran en estado de shock al contemplar la última aparición televisiva del futbolista-actriz-cantante de turno, los que sentimos una especial devoción por una determinada disciplina intentamos encontrar alguien que encarne ciertos valores o cualidades que, tras el paso de los años, queremos alcanzar. En este mismo sentido, Los cínicos no sirven para este oficio es un hallazgo maravilloso porque Kapuscinski es un referente. Las ciento veintiséis páginas que componen el libro -separado en tres partes- nos ayudan a perfilar un personaje del que podemos destacar, a simple vista, una formidable madurez intelectual y su más que dilatada experiencia profesional.
En la primera parte de la obra encontramos una interesantísima entrevista a cargo de la periodista y escritora italiana Maria Nadotti dónde Kapuscinski, con una clarividencia magistral, considera diversos aspectos de la profesión periodística. En una serie de brillantes reflexiones, el autor polaco destaca algunos de los que, bajo su punto de vista, son los aspectos más importantes que debe conocer un comunicador como son: la continua profundización de los conocimientos, el sacrificio, la dedicación, el seguimiento de una estricta ética o la curiosidad por descubrir un mundo sometido a una mutación permanente. El periodista del siglo XXI, además de seguir estas directrices, debe tener en cuenta dos condicionantes para el desarrollo de su profesión; el avance tecnológico, que puede agilizar sus tareas pero nunca sustituirlas y, por otra parte, la creación de la denominada información-espectáculo. El concepto de espectáculo que apareció en los textos Situacionistas y que, más tarde, encontraremos en toda la crítica de la sociedad contemporánea del post-modernismo y el post-estructuralismo es clave, a mi modo de ver, para entender los mass media y su continua degradación. Ante este nuevo periodismo espectacular fuertemente condicionado por los intereses empresariales, Kapuscinski nos propone un periodismo intencional y verdadero que se fija un objetivo e intenta provocar algún tipo de cambio. Asimismo, el periodista además de narrar para obtener algo debe empatizar con las personas. Éstas, materia prima de toda su producción, necesitan ser escuchadas y, por este motivo, demandan la cercanía del otro interlocutor.

El periodismo más humano, más próximo, conocedor de su alrededor e incansable buscador de fuentes que predica Kapuscinski se ve reflejado en la segunda parte del libro. Gracias a la entrevista realizada por Andrea Semplici descubrimos que todo el discurso del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades no es baladí y se ejecuta, según narra el periodista polaco, en sus continuos viajes a países tercermundistas, en especial en sus experiencias en el África pre y post colonial.
En consonancia con su voluntad de hacer una comunicación intencional, el escritor da voz a los más desfavorecidos y desesperanzados (que normalmente también son los más silenciados) lanzando así un claro mensaje de rechazo al narcisismo y la intolerancia propios del mundo Occidental. Fruto de sus viajes a lo largo y ancho del globo surgieron algunos de sus mayores éxitos literarios como El emperador o El Sha, que cultivan un género que algunos expertos han coincidido en denominar periodismo literario.
La parte final del libro, en un mano a mano intelectual con el escritor y crítico de arte inglés Jhon Berger, es un torrente riquísimo e inacabable de ideas sobre el mundo, el arte, la relación entre la literatura y la experiencia vivida, la información y los medios y las demás fenómenos que nos rodean y que, a fin de cuentas, construyen la realidad en que vivimos.
Llegados a este punto, queridos lectores y jóvenes periodistas en busca de referentes, no reaccionen de forma enajenada como babeantes perros pavlovianos que, al escuchar el dig-dong de unas maravillosas palabras, acuden a su librería más cercana para adquirir Los cínicos no sirven para este oficio y se convierten en practicantes de un catenaccio acrítico pro-Kapuscinski porque esto no ha terminado. Esto no ha terminado porque, en el periodismo, las cosas nunca se acaban si quedan interrogantes por resolver. Por este motivo, como buen periodista, mi obligación es ofrecerles los sucesos desde una óptica lo más amplia posible.
¿De qué forma labró su carrera de gran reportero en un sistema que no era democrático? ¿Era suficiente tener el talento de reportero y de escritor? ¿O era necesario tener otros talentos como el de un negociador político, el saber convivir con gente extraña y el de tener un buen olfato? ¿Nos dijo siempre toda la verdad de lo que había sucedido y de lo que había sido testigo? ¿O cruzó las fronteras de la ficción vendiendo lo que hacía como periodismo? Esta serie de preguntas son algunas de las que nos podríamos formular y que Artur Domoslawski resolvió parcialmente en su Kapuscinski non fiction. El reportero de Gazeta Wyborcza  fue discípulo y amigo de Kapuscinki durante los últimos nueve años de su vida y, con esta biografía no autorizada, destapa algunas de las vergüenzas de su maestro.
¿Y ahora qué hacemos? ¿No era Kapuscinski “el periodista del siglo XX”? ¿Salimos a las calles en protesta para que le retiren el Príncipe de Asturias al autor polaco? No se lo aconsejo ni lo deseo. No hay que olvidar que esta al alcance de muy pocos elevar el reportaje al nivel de la gran literatura y, además, ayudar al entendimiento universal de los mecanismos de poder mediante una obra. Por eso yo solo les recomiendo que gocen al máximo de esta amena lectura y que no se dejen embrujar por el espíritu épico que envuelve la figura endiosada del protagonista. El resto se lo dejo a ustedes que, como lectores inteligentes y soberanos, deberán decidir si les gusta el libro, si creen en la notabilidad de Kapuscinski, si quieren hacer de él un referente y, en último término, si los cínicos sirven para éste oficio; el oficio de periodista.

Philippe Halsman

Hace poco descubrí a este fenómeno de la fotografía. Letón de origen, el ingenioso Philippe Halsman se marchó a Estados Unidos con la ayuda de Albert Einstein poco antes del estallido de la II Guerra Mundial. El mismo Einstein y otras personalidades como Dalí, Sinatra o Hitchcock pasaron por su cámara que, a raíz de sus portadas en la revista Life, se convirtió en una de las más cotizadas a nivel mundial. En estas fotografías podemos ver como el artista emplea una de sus técnicas más famosas, el jumping style; este método que consistía en retratar a personas saltando pretendía obtener la faceta más verdadera del personaje tal y como indica Halsman: “En un salto, la máscara se cae. La persona real se hace visible”.

Dean Martin y Jerry Lewis

Dalí atómico, 1948 







THE BLOODY BEETROOTS REVIENTAN LA SALA APOLO

Una avalancha sónica sacudió a los centenares de fans que se agolparon en la Sala Apolo para disfrutar de la fiesta que proponen The Bloody Beetroots. Digo fiesta porque así fue; una fiesta gamberra, electrizante, agresiva, centellante que incluso superó su primera actuación en Barcelona durante la última edición del Primavera Sound y que dejó boquiabierto a más de uno.
La nueva apuesta del dúo de música electrónica formado por Sir Bob Cornelius Rifo y Tommy Tea, ahora bajo el nombre de The Bloody Beetroots Death Crew 77, es una evolución de su electro macarra y sucio hacia una nueva propuesta musical con ramalazos del punk rock más alocado y la contundencia del hardcorepunk. Su puesta en escena, con batería, bajo, guitarras y sintetizadores, gana en contundencia y sigue sin perder el espíritu perturbado y arrebatador que rompía las pistas de baile junto a su compañero y productor Steve Aoki. Un espíritu del que rápidamente se contagiaron los asistentes que, durante una hora y media de salvaje frenesí musical, saltaron enloquecidos en un mar de luces con canciones como Cornelius o Warp 1.9 además de versiones de Refused o Vitallic.
Ni la media hora de retraso con la que empezó el show ni la presencia de otros conciertos interesantes durante el mismo fin de semana impidieron a The Bloody Beetroots montar su Church of Noise; un templo a la voluptuosidad, la histeria, el derroche de energía y el estallido de sensaciones y emociones de cientos de fieles que se amontonaron en un pogo permanente. A pesar que el proyecto musical de los italianos - compilado en su Romborama- no sea en especialmente innovador o rompedor, hay que reconocer su capacidad para ofrecer brillantes directos, de los que gastan la suela y ponen los pelos de punta. Por este motivo esperamos impacientemente su retorno a nuestro país que seguramente se va a producir el 6 de mayo del próximo año en el festival SOS 4.8 de Murcia.

COMRàdio emitirá una tertulia con estudiantes de periodismo

El programa de COMRàdio Tots x Tots presentado por Ramon Company ha anunciado la emisión de una tertulia que contara con la presencia de cuatro alumnos de primer curso de Periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona. La nueva sección titulada El futur pren paraula se emitirá cada viernes de 20 a 21h.
Este nuevo espacio radiofónico nace con la voluntad de “dar voz a aquéllos que normalmente no la tienen”, según indicó el Director General de COMRàdio, Francesc Triola, en el acto de presentación celebrado el pasado miércoles en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAB.
A parte de Triola, la presentación moderada por Ramon Company contó con la presencia del Director del Departamento de Periodismo de la UAB, José Manuel Pérez Tornero; la Presidenta de la comisión de formación del Colegio de Periodistas de Cataluña, Montse Rius, i el Catedrático en Comunicación Pere-Oriol Costa que acudió al evento en sustitución del conocido periodista Xavier Vinader, cuya asistencia fue cancelada poco antes de la celebración del acto.
Después de los breves discursos que pronunciaron los ponentes, algunos de los estudiantes que llenaban el Aula Magna tuvieron la oportunidad de formular preguntas y hacer reflexiones sobre la profesión periodística y los medios de comunicación. Tanto las interesantes aportaciones de los jóvenes como el resto de intervenciones del debate se podrán escuchar el próximo viernes en COMRàdio a partir de las 20h.