Triunfo del futbol total en una noche gloriosa de espectáculo
Los cinco goles y el juego superlativo del Barça frenan las aspiraciones del Madrid de Mou
Ayer volvió el mejor Barça. El equipo del 2-6 en el Santiago Bernabeú, el de la final de Roma, el de la victoria agónica en Stamford Bridge; un equipo que, si es capaz de alcanzar su mejor nivel, se convierte en invencible. Además, como es habitual, lo hizo con sus señas de identidad: desplegando juego eléctrico, arrollador e intenso que apabulla al rival tanto en ataque como en defensa. Una sinfonía perfecta orquestada por Pep e interpretada, en su gran mayoría, por jugadores de la “pedrera”.
El Barça saltó al césped con las ideas claras. Des de el primer segundo de partido el “cuadro” local impuso un ritmo de juego brutal tratando de arrasar a su rival. Bajo la batuta de un Xavi magistral que presentó sus credenciales para ganar el Balón de Oro, los hombres dirigidos por Guardiola pusieron la directa hacia la victoria con un tempranero gol en el minuto 9. A pesar que el equipo de Mou intentó plantear una batalla “de tu a tu”, los blancos se vieron desbordados por el torbellino azulgrana que se imponía poco a poco dentro del terreno de juego.
A medida que avanzaban los minutos la superioridad del Barça se hacía más y más evidente en el que, algunos aficionados, han calificado como el mejor partido de la historia del club. Aunque este equipo nos tiene acostumbrados a recitales parecidos, las circunstancias que ayer se concatenaron en el Camp Nou fueron únicas. Porque en más de cien años de historia del club, ni en el 0-5 de Cruyff o el 5-0 con hattrick de Romario, nunca se había superado con tanta claridad y de una forma tan bella al eterno rival. Un rival que, en un entendible ataque de desesperación, respondió con violencia a la humillación sufrida.
A pesar de los incidentes que calentaron el partido – del todo normales en un derbi-, lo que brillo en campo fue el juego altisonante y magnificente que puso en escena un equipo que está haciendo historia día tras día. Nosotros, los espectadores, solo esperamos que los jugadores no pierdan su humildad y sigan trabajando para hacer vibrar a tantos aficionados a lo largo y ancho del globo. Gràcies Barça.
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